Si te preguntas cuáles son los mejores platos de la comida típica de Ávila, has llegado al sitio perfecto. La gastronomía abulense es un reflejo del carácter de su tierra: contundente, sencilla y deliciosa.
Con ingredientes de proximidad, como verduras, hortalizas y legumbres, la cocina local se convierte en una fiesta de sabores. ¿El plato estrella? Las famosas judías de El Barco de Ávila, cocinadas con chorizo y oreja de cerdo, pero no te vayas sin probar su ternera, el chuletón, el cochifrito o el lechazo. ¡Incluso hay hueco para las truchas del Tormes!
¿Y para brindar? Los vinos locales, como los de las denominaciones de origen Vinos de Cebreros y Rueda, son el acompañante perfecto. Y cuando llegue el postre, déjate tentar por las Yemas de Ávila, las pastas de Gredos, mantecados o unas torrijas. Un auténtico festín abulense.
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Toggle1. Patatas Revolconas
Si hay un plato que lo peta en Ávila, son las patatas revolconas. Las encuentras por toda la ciudad, desde los bares de tapas hasta los restaurantes más tradicionales.
El origen de las patatas revolconas nos transporta a los rincones rurales de la región castellana, donde la creatividad y la necesidad dieron vida a este platillo que despierta todos los sentidos.
Es el ejemplo perfecto de cómo un plato sencillo puede convertirse en un manjar. Se trata de un puré de patata bien condimentado con pimentón, que se sirve con crujientes torreznos. ¡Imposible decir que no a esta delicia!
2. Chuletón de Ávila
Cuando hablamos de la comida típica de Ávila, el chuletón es, sin duda, el rey. Este corte de carne de la raza Avileña-Negra Ibérica es pura tradición. A la parrilla y con una pizca de sal, el chuletón es una experiencia gastronómica que debes vivir si visitas la ciudad. Su tamaño es tan imponente como su sabor: una explosión de jugosidad que representa lo mejor de la cocina abulense.
3. Sopa Castellana
Aunque la sopa castellana no es exclusiva de Ávila, aquí tiene un hueco especial. Es el plato de los días fríos, cuando solo quieres una comida reconfortante que te caliente por dentro. Hecha con pan, ajo, jamón y pimentón, su sabor robusto es inconfundible. ¿El toque final? Un huevo que se cocina dentro del caldo. ¡Calor y sabor en cada cucharada!
4. Judiones de El Barco
Las judías de El Barco son otro de los grandes emblemas de la comida abulense. Cocinadas lentamente con morcilla, chorizo y panceta, este plato de cuchara es una auténtica bomba de sabor. De tamaño XXL y sabor potente, las judías son perfectas para esos días en los que apetece algo fuerte.
Este guiso es, sin duda, uno de los platos más representativos de la región.
5. Cocido Morañego
El cocido morañego es un homenaje a los sabores de siempre. Con el garbanzo como protagonista, se acompaña de embutidos y carne de cerdo para crear un plato que alimenta cuerpo y alma. Es una receta de invierno, de esas que te hacen querer una siesta después de comer. Además, es uno de esos platos que te cuentan una historia con cada bocado, vinculando a la gente con su tierra.
6. Tostón de Arévalo
El Tostón de Arévalo es un plato que lleva la cocina tradicional abulense a otro nivel. Similar al cochinillo de Segovia, se cocina al horno hasta que la piel queda crujiente y la carne jugosa. Es una de esas comidas que no necesitas explicar: ¡simplemente delicioso! Perfecto para compartir en una comida familiar o para disfrutar en alguna de las tabernas tradicionales de la zona.
7. Morcillas de Sotillo de la Adrada
Las morcillas de Sotillo de la Adrada son una parada obligatoria en cualquier ruta gastronómica por Ávila. Con un sabor más suave que otras morcillas del país, este embutido es una tapa clásica que no decepciona. De textura cremosa y con un sabor ligeramente especiado, son el acompañante ideal de un buen vino o cerveza.
8. Migas de Pastor
Un plato de pastores, las migas de pastor tienen un encanto rústico que las hace irresistibles. Trozos de pan empapados en aceite y acompañados de torreznos o chorizo, aderezados con un toque de pimentón. Las migas son tradición pura y siguen siendo una de las comidas más queridas por los locales, perfectas para compartir.
9. Patatas con Costillas
Aunque el nombre tradicional es «caldereta», este manjar es conocido en todo el país, pero brilla con luz propia en la tierra abulense.
Las costillas de cerdo y las patatas son los elementos fundamentales de este plato, que se combinan de manera armoniosa para crear una sinfonía de sabores y texturas que deleita a todos los paladares. Pero lo que realmente eleva este plato a un nivel superior es el toque mágico del adobo, que infunde a cada bocado un sabor único y auténtico.
10. Yemas de Santa Teresa
Si hablamos de postres, las Yemas de Santa Teresa se llevan la palma. Estos pequeños bocados de dulce elaborados con yema de huevo y azúcar son el broche de oro perfecto para una comida abulense. Pequeñas, suaves y adictivas, se han convertido en uno de los productos más emblemáticos de la ciudad. ¡No te vayas sin probarlas!
¡Ávila no es solo su muralla! Si quieres conocer su esencia, tienes que probar su comida típica. Desde el chuletón hasta las yemas, cada plato te cuenta una historia de tradición y sabor. ¿A qué esperas para darte un homenaje gastronómico?
¡Saludos! Soy Manuel, graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Desde hace más de una década, he tenido la suerte de llamar hogar a un hermoso pueblo de Ávila. Aquí, en medio de la tranquilidad y la belleza de este entorno, he encontrado mi fuente inagotable de inspiración.
Explorar los rincones pintorescos y los encantos escondidos del campo es mi pasión y mi misión. Cada sendero que recorro, cada pueblo que visito, tiene una historia que contar. A través de mis palabras y mis imágenes, aspiro a capturar la esencia de lo rural y transmitirla a todos ustedes.